sábado, 19 de abril de 2014

Mis queridas tardes pasadas, se lo debo todo a ellas.

«Que rápido pasa el tiempo y ni si quiera nos damos cuenta... Hace tan solo un año recuerdo todas las tardes, esas maravillosas tardes, de carcajadas y reflexiones. Cuando todo me daba igual, era feliz, muy feliz. Tenía a dos maravillosas amigas y no me hacia falta más. Tenía esos ratos para verte de lejos y cuando devolvieses la mirada hacer como si mirase a otro lado. De querer sentir cada tarde tus preciosos ojos marrones en mi nuca desde la lejanía. De sentir ese cosquilleo, de que me pusieses nerviosa con tan solo llegar al lugar. Ruborizarme todo el tiempo.
Ignorar todo aquel deber del momento. Preocuparme solo por encontrar un hueco en el césped minimamente limpio. Buscar hasta el último rayo de Sol.
Cuando todo iba bien, cuando mis dos queridas y amadas amistades eran únicas e inrompibles.
Ya se ha quedado atrás, pero ahora llegan los olores, las calores y todo eso renace de nuevo. Todos esos recuerdos tan bonitos llegan a mí de nuevo.
Tan fugaces como la brisa que me acaricia ahora mismo la cara, se van... mis queridos momentos, se van.»